Existe una relación innegable entre el arte y la cartografía desde los primeros mapas dibujados en las paredes de las cuevas hasta los mapas digitales de alta tecnología de la actualidad. La cartografía, después de todo, siempre ha sido un ejercicio interpretativo para cartografiar territorios, cartografiar rutas y vientos alisios, declarar fronteras y proclamar ‘Aquí hay dragones’.
Hoy en día, a medida que los exploradores modernos nos encontramos menos comprometidos con las versiones físicas de estas representaciones geográficas, es fácil apreciar los mapas como un arte de antaño y menos como una utilidad de viaje. En cierto sentido, los artistas de esta galería solo aceleran el desdibujamiento de estas líneas entre la cartografía y el arte.
Hay artistas como Paula Scher y Design Ahoy, cuyos grabados se parecen tanto a los mapas como al arte. Otros adoptan un enfoque más innovador para crear y utilizar la cartografía. Por ejemplo, Jason LaFerrera elabora collages digitales de animales a partir de mapas antiguos del estado más asociado con cada animal. LaFerrera, junto con Matthew Cusick y Shannon Rankin, incorporan mapas en su trabajo, pero sus diseños son mucho más arte que mapas. En una categoría propia, Emily Garfield crea impresionantes mapas en acuarela de lugares imaginarios.
Independientemente del proceso artístico y el resultado final, estos ocho artistas incorporan mapas en su arte y, al hacerlo, tocan una fibra nostálgica con el viaje de una época pasada, mientras juegan con las emociones modernas que se relacionan con nuestra visión del mundo como un todo y donde encajamos en él.