Dos de las naciones más amigables con las criptomonedas del mundo han estado revisando sus marcos regulatorios esta semana. Japón ha reclasificado su terminología de criptomonedas, mientras que en Hong Kong los reguladores quieren una mayor supervisión de los intercambios y las empresas de criptomonedas.
La Agencia de Servicios Financieros de Japón ha tomado medidas para etiquetar Bitcoin y altcoins en una categoría llamada ‘activos criptográficos’. Según los medios locales, la medida se implementó para reconfirmar que el gobierno no los considera monedas regulares. La semana pasada, un panel asesor llegó a la conclusión de que el término “moneda virtual” puede llevar a los inversores a creer que las criptomonedas tienen el mismo estatus que las fiduciarias. Para paliar cualquier posible malentendido han solicitado el cambio.
Las leyes pertinentes se modificarán para reflejar la nueva clasificación, entre ellas la Ley de Servicios de Pago que define el uso de monedas digitales. En marzo, los líderes del G20 acordaron que las monedas virtuales “carecen de los atributos clave de las monedas soberanas” y, por lo tanto, deberían llamarse “criptoactivos”. La FSA también está trabajando en ajustar las regulaciones para ofrecer una mejor protección a los inversores al exigir que las empresas que manejan criptoactivos implementen sistemas de gestión estrictos para la salida de efectivo.
En Hong Kong, las empresas que trabajan con monedas digitales deben cumplir con las regulaciones establecidas por la Comisión de Valores y Futuros. Desde que China emitió una prohibición total de todo lo relacionado con las criptomonedas, Hong Kong se ha convertido en un semillero de actividad para la industria, especialmente las ICO.
Nikkei Asian Review informó que la creciente preocupación por el lavado de dinero y el fraude ha llevado a la acción del regulador. Las pautas de SFC estipulan que los fondos de inversión con más del 10% dedicado a la criptomoneda deberán obtener una licencia. También solo se les permitirá vender a inversores profesionales, no al público en general.
Los intercambios y las empresas tendrán la oportunidad de probar productos en un ‘andbox’ antes de tomar la decisión de solicitar una licencia. Otros requisitos son para aquellos que emiten ICO que deberán ocurrir en etapas con tokens que hayan existido durante al menos un año.
Hong Kong también está poniendo mayor énfasis en los procesos KYC para evitar actividades espurias. Algunos han advertido que las regulaciones pueden ser demasiado onerosas para algunos operadores que quieren mantener su cuota de mercado. También existe la preocupación de que las licencias oficiales puedan aumentar los costos comerciales, aunque para contrarrestar esto también puede alentar a más inversores institucionales a ingresar a un mercado que ahora consideran más seguro.
Image from Shutterstock