Black Messiah“>
A la medianoche del 15 de diciembre, 14 años se disolvió. Una pulsación de tecla y la mítica continuación de la de D’Angelo Vudú podría ser tuyo Lujoso, crudo, aplastado, sedoso, un funky collage de sonidos y ritmos, Mesías negro lleva a los oyentes cada vez más profundamente a la docena de canciones con escuchas repetidas.
Más alentador que la mezcolanza de elementos y la aparente precisión de su entrelazamiento es el aumento de la conciencia social. Sí, D’Angelo, que glorioso objeto de amorno ha evitado su inclinación romántica, pero con el desliz de guitarra wah-wah de muestra exhortativa colapsando en gemidos retorcidos en ?000 Deaths, el deleite vocal escalonado de tambores 淭il It’s Done (Tutu) y el elegante malhumorado 淭the Charade con su coro de lamentos: “Todo lo que queríamos era una oportunidad para hablar/ ‘En cambio, solo nos delinearon con tiza'”, domina su deseo de expandir una mayor conciencia social.
Evocando a Sly & the Family Stone Hay un motín en marchaMarvin Gaye Qué pasa y el principe Signo de los tiemposasí como P-Funk, Sun Ra, Banda de gitanos-era Hendrix, 淗igher Ground de Stevie Wonder y The Temptations y The O’Jays en su momento más tenso, D’Angelo aporta intención. Citando los levantamientos en Ferguson y Egipto y el movimiento Occupy en las notas del transatlántico, D’Angelo busca empoderar a quienes buscan la equidad más allá del color y la economía.
También declarando en los revestimientos la grabación totalmente analógica de manos reales en instrumentos reales, Mesías agita la vieja escuela en formas que están llenas de vitalidad, pero que son tan frescas y urgentes como cualquier cosa en la radio.
Los colaboradores sólidos ayudan. Aunque los créditos sugieren que, como Prince y Todd Rundgren, D’Angelo podría haber hecho este disco por su cuenta, reclutó a Q-Tip de A Tribe Called Quest, Questlove de The Roots y al bajista Pino Palladino para brindar una soltura que trasciende la perfección del estudio.
Catorce años es mucho tiempo. Los devotos son conscientes de los problemas personales que han afectado al artista y han retrasado el álbum; cada año que pasa sugiere una disminución de lo que cabría esperar. Para su crédito, D’Angelo no intentó “superar lo que ha construido”, sino más bien desarrollar los enlaces esenciales de gospel/soul/jazz/hip-hop de sus excavaciones de nu-funk.
Ya sea evocando el 淏etcha de The Stylistics By Golly Wow en MesíasAl cerrar ‘nother Life’ o bromeando sobre el aumento de peso y las luchas contra las adicciones en ‘Regreso al futuro (primera parte), compensa la pesadez de su última intención con dulzura y humor. Cuarteto de cuerdas e intimidades españolas susurradas caen en una guitarra flamenca de cuerdas de tripa en 淩eally Love, tan erótico como romántico.
D’Angelo sabe literal y metafóricamente que el amor es, en última instancia, el camino. No busca ser el Mesías Negro de nadie, sino que espera despertarlo en el interior de todos los que escuchan sus canciones.